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| Arébalos expone en la UdE. | 
El ex director de 
comunicaciones de Google para Latinoamérica, Alberto Arébalos, visitó la 
Universidad del Este para dar una charla sobre 
¿El 
fin de las Relaciones Públicas como las conocemos? En esa 
oportunidad, minutos antes de que diera comienzo la 
conferencia, los alumnos de primer año de Relaciones Públicas Ramiro Queipo, 
Luciano Kihn y Joaquín Topich lo entrevistaron especialmente para el blog 
RelacionarteUDE.
Teniendo en cuenta lo 
que usted trata en su libro “La revolución horizontal” ¿Qué importancia le 
asigna al profesional de las relaciones públicas, en organizaciones tan 
desarrolladas a nivel tecnológico?
En cualquier 
organización el problema que se encuentra, en general, es que la gente que toma 
decisiones, ignora los aspectos de la comunicación y el marketing en general. 
Por ello el gerente, un emprendedor, el hombre de negocios, alguien orientado a 
las ventas, tienen mucha formación legal, de finanzas y poco de marketing, y ven 
el tema de comunicaciones como segunda opción, o cuarta o quinta. Históricamente 
ha sido así. Uno puede decir a priori que el rol es muy importante, y de hecho 
lo es, y cada vez va a ser más importante. El punto es que también el rol va a 
ser importante en la medida en que la organización le dé importancia. 
¿Esa importancia se ve 
reflejada en la estructura de comunicaciones de la 
organización?
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| Alberto Arébalos | 
Si se trabaja en una 
organización, donde el responsable de relaciones públicas es el sexto o séptimo 
nivel, y para hablar con el CEO tiene que pedir audiencia 15 días antes, esta 
disciplina no tiene importancia en la estructura de la organización. Lo que está 
sucediendo ahora es que los directivos están obligados a prestarle atención a 
las comunicaciones, porque antes lo que la empresa podía manejar más o menos, en 
un ámbito mucho mas acotado, con las redes sociales se expande, tiene una 
capilaridad horizontal, de una velocidad y una cobertura geográfica tan grande, 
que comienza a suceder a la inversa, están muertos de pánico, y están todos 
corriendo a ver qué hacen con las redes.Ahora quien se ocupe de las 
comunicaciones tiene que ser alguien que entienda el negocio y que pueda hablar 
con quien toma las decisiones, en términos que lo puedan entender, esto es en 
términos de si lo que se emprenda va a costar plata, o si hay una determinada 
manera de hacerlo.  Y a nivel de preparación profesional, está muy bien 
 estudiar comunicaciones, pero además hay que entender el negocio muy bien. Hay 
que entenderlo porque para que un profesional de la comunicación se puedas 
sentar en una mesa, donde va a estar la gente de ventas, de tecnología, de 
legales (que es un dolor de cabeza), de marketing y que su opinión se escuche, 
hay que conocer el negocio, esa es la única manera de tener un peso específico 
dentro de la organización y así se vuelve difícil que se gane el espacio de que 
has conquistado, que es muy importante.
Parecería que hay dos 
fuerzas contrapuestas.
Las hay. Por un lado los 
profesionales de la comunicación deben tener peso, tener su espacio dentro de la 
organización, ganárselo. Pero por otro lado hay también una necesidad creciente 
de profesionales de las comunicaciones. Y digo comunicaciones porque en ese 
término englobo a disciplinas como relaciones públicas, prensa, marketing, Y 
estos profesionales capacitados en esa función no sólo se da en las empresas 
sino en todo tipo de organizaciones como ONG, partidos políticos, gobiernos, 
entre otras.
Y de acuerdo con tu 
experiencia ¿cómo evaluás la valoración de las relaciones públicas dentro de las 
empresas?
Yo fui periodista, 
empecé en las relaciones públicas por casualidad. Trabajé en una agencia de 
relaciones públicas. Después pasé a Cisco Systems -una empresa de Internet- y 
luego a Google. Son dos empresas muy grandes, pero en Google la importancia que 
se le da al área de comunicación es mucho mayor. En Cisco, mi posición no 
existía y tuve dos personas en mi staff, más algunos contratados y el resto eran 
empresas de servicio: tenía agencia de relaciones públicas, tenía un equipo en 
toda la región. Cuando entré a Google pasó lo mismo, mi posición no existía y 5 
años después, dejé 15 personas, todos staff, todos personal de la compañía. Lo 
que da una idea de qué importancia le da una organización, sobre todo una 
empresa privada a una función, es cuánta gente pone al servicio.
¿A mayor importancia, 
más inversión en el área?
Algo así, porque en 
cualquier empresa se evalúa cuánta gente tiene cada área ya que esto tiene un 
costo –o inversión- en la estructura. Google le daba más importancia, porque 
para Google era muy importante el tema de la opinión pública. El 95% de lo que 
vende Cisco lo vende a otras compañías, necesita tener una presencia de las 
relaciones públicas, necesita tener presencia en las comunicaciones, pero de una 
forma diferenciada de lo que puede llegar a ser Google, una empresa de 
consumidores. 
Allí hay cientos de 
temas en danza.
Si, muchísimos. No es 
solamente la parte libre e interesante de Android, de Chrome, Youtube, etcétera. 
Hay cuestiones delicadas como la privacidad, la pornografía infantil, seguridad, 
derechos de autor, y lo que eso genera a nivel de regulación, de opinión 
publica, de opinión de sectores gubernamentales, senadores, legisladores. Esas 
cuestiones no se pueden abordar desde el marketing, se necesitan comunicadores, 
relacionistas públicos. De esta manera, la necesidad de la función también varía 
en función del nivel de exposición pública que tiene esa empresa. 
¿Hay otras cuestiones 
que están empezando a cambiar respecto de marketing si o no, y/o relaciones 
públicas sí o no?
Todo está empezando a 
cambiar por el nivel de exposición pública que existe ahora. Por ejemplo, para 
una casa de comidas rápidas tener marketing y comunicación es muy fuerte, porque 
un día si alguien come una sándwich contaminado y se muere, alguien va a tener 
que decir o hacer algo. Hasta hace unos años, en cambio, si alguien trabajaba en 
una acería, fabricando caños, no era tan importante pensar en la gestión de la 
comunicación, pero ahora si porque no hay empresa a la cual hoy en día no le 
importe mantener su reputación. Otro ejemplo, tradicionalmente, una empresa 
minera, que estaba a 3000 km. de la capital, explotando cualquier cosa, hace 20 
años, nadie la tenòa en cuenta porque si pasaba algo, nadie se enteraba. Hoy hay 
cinco personas de organizaciones ambientalistas que con una cuenta de Twitter y 
de Facebook pueden llegar al mundo y todos pueden saber si se contamina o no el 
ambiente, si se le da trabajo a la gente, para bien o para mal. Las redes 
sociales ponen en una exposición que antes no existía y se abre el campo 
laboral. 
¿Tiene algún libro para 
recomendar?
Si puedo dar un consejo 
más que un libro, es que aprendan inglés, aprendan bien inglés, porque el 90% de 
lo que se genera, en este tema, está en ese idioma. Nosotros hicimos el libro ( 
La Revolución Horizontal) porque no había nada en español en ese momento, y hoy 
no hay mucho más en la región. En Estados Unidos hay mucho, porque allí se 
genera mucho con la idea de fondo de que el nivel de desarrollo de una 
democracia puede medirse con el nivel de desarrollo de la opinión pública. En 
Estados Unidos las opiniones del público pesan mucho. Sin allá un alcalde, hace 
lo mismo que hizo Bruera aquí, no dura ni 48 horas por la presión de la gente. 
Acá eso no pasó. Allá, que un funcionario público mienta, y no pague por esa 
mentira, es impensado.
¿Por qué crees que las 
relaciones públicas son confundidas con otras disciplinas?
Creo que en casa de 
herrero, cuchillo de palo. Las relaciones públicas como industrias son muy malas 
difusoras de lo que hacen ellas mismas. No entiendo por qué y es algo común acá 
y en muchos lugares donde hay algún tipo de agrupación de relaciones públicas. 
Es un problema de comunicación, de no saber comunicar. Acá hay un Consejo de 
Relaciones Públicas que es más un especie de lugar social, pero se le debería 
dar más preponderancia al desarrollo de índices, indicadores, conocimiento 
distinto que ubique a los relacionistas públicos como los poseedores de cierto 
conocimiento, que no es el de los abogados, ni de los marketineros, ni de los 
publicitarios y que no es un profesional de las relaciones públicas quien está 
en la puerta de un boliche. Hay que ponerse a hacer eso, a profundizar la 
comunicación y el posicionamiento. 
 
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